Antropología en España, encuentros y desencuentros

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Para todxs aquellxs a los que la antropología les suene todavía como algo extraño, lejano o de difícil descripción, el siguiente video podrá esclarecer esas dudas que continuamente planean el entorno del antropólogo o antropóloga y de su trabajo.

La antropología es una disciplina curiosa, inquieta, crítica y sobre todo altamente cambiante. Se cuela entre los entresijos de las diferentes sociedades, para entender sus mecanismos, y fomentar el respeto hacia la diversidad de visiones de cómo se estructura el mundo.

En España, el desarrollo de la antropología ha seguido un camino considerablemente diferente al de otros países de Europa o América.

En su primer período (1939-1972) el contexto en el que se encontró la antropología española fue complicado. La oposición del régimen tras la Guerra Civil, provocó que la disciplina se viera sometida a los designios de un gobierno con pocas ganas de entender las vicisitudes que entretejían el abanico cultural español. No interesaba visibilizar y entender la diversidad, sino homogeneizar a una población ya de por sí castigada por la diferencia.

Una estructura arcaica, y unas teorías conservadoras, se cernían sobre la disciplina. La ausencia de financiación, el autodidactismo y la nula presencia de la antropología en los planes de estudio, evitaban que su credibilidad se extendiese y se reafirmara en las instituciones educativas españolas.

El Instituto Bernardino de Sahagún fue un claro ejemplo de antropología al servicio del Estado. Tanto la antropología como la etnología se manipularon, se las despojó de contenidos no afines a la fe católica, y se las salpicó con postulados eugénicos de la mejora de la raza.

 En su trabajo La antropología al servicio del Estado: El Instituto «Bernardino de Sahagún» del CSIC (1941-1970)” LUIS ÁNGEL SANCHEZ GÓMEZ, de la Universidad Complutense de Madrid define de este modo la situación:

Es imposible que de esta concepción de la antropología y la etnología surgieran auténticas monografías etnográficas, avance metodológico de ningún tipo. El recurso constante, y sin criterios de interpretación etnológica, a la historia, la prehistoria y la antropología física, revestido de un sentido religioso y político concreto, impedirá el desarrollo independiente de la etnología o antropología cultural en lo que podríamos llamar su configuración clásica.

Autores simpatizantes de la República recurrieron al exilio para evitar la represión. La falta de medios para realizar trabajos de campo en países exóticos, obligó a los antropólogos y antropólogas españoles a buscar al “otro” en el propio país. Los estudios sobre comunidades que se llevaron a cabo en España durante esta época fueron realizados en su gran mayoría por autores extranjeros. En aquel momento, España era ese lugar exótico en el que llevar a cabo la búsqueda del “otro”.

Por este motivo, los objetos de estudio en los que se fundamentó la antropología en sus inicios en España, fueron los siguientes.

  • Los estudios sobre el campesinado se centraron en las migraciones del campo a la ciudad, y en el cambio en los métodos de subsistencia.
  • Los estudios de Comunidad estudiaban aspectos como la religiosidad, ritos funerarios, conflictos o ámbito lingüístico.
  • El estudio de los pueblos marginados, de especial interés para determinar cuáles son los factores que inciden a la hora de ver a personas que comparten un mismo territorio como opositores: nosotros-ellos.

Los autores españoles más relevantes de este primer período de la disciplina en España fueron los siguientes:

  • Claudio Esteve Fabregat. Durante su exilio en Méjico, adquirió una mirada holista sobre los procesos de aculturación. Es una de las principales figuras que incide en la institucionalización de la disciplina.
  • Julio Caro Baroja. Su visión etnohistórica provoca su bagaje en varias disciplinas. Viaja por toda España y posteriormente abre una nueva vía hacia América e Inglaterra. Se le considera un precursor por su visión alejada de los cánones establecidos.
  • Carmelo Lisón e Isidoro Moreno. Grandes conocedores de la disciplina en España.

Tras este primer periodo, la antropología seguirá otros caminos que la llevarán hacia un cambio de paradigma estructural.